lunes, 31 de mayo de 2021

 Incomunicación.

Y se explotó cada mina
en el campo que tú labrabas,
que peinabas,
que desbrozabas,
que allanabas
y cada verso
y cada estrofa
se regaron con mi llanto apasionado,
con el sonido y la cadencia,
con la melodía y la prosodia
y nos dimos cuenta
que habían saltado por los aires,
los abrazos y los besos que no nos dimos,
los que teníamos pendientes
y los que nos habíamos dado.
Nos dimos cuenta que la sordera
se había agarrado a la tierra seca
y había brotado como un cactus
sin raíces y sin esquejes,
como crecen en el desierto las piedras,
igual que si me espigasen por dentro,
como si una colección de rapas caídas
se fuera a irradiar,
en mi pequeña parcela de olivas,
y ya en el suelo a gritos nos desmadejamos,
y saltamos por los aires
en pequeños laberintos de silencios .
Con cada mina explotada
en nuestro campo agostado y mustio.